El yesillo infernal…

“¡Que comezón se siente, no puedo rascarme!, ¡se esta hinchando mi muñeca y siento que el yeso no deja estirar mis músculos!, ¡auch!, ¡este dolor nuevamente! que desesperante, ahí no mames apenas 1 día llevo, y todavía faltan 34 días para que me digan cuando me quitan esta chin…”

Esto es un poco sobre el arte de traer un yeso, “soportar y tener paciencia”, por lo general los doctores hacen cálculos de cuando te van a quitar un yeso, pero según sea la fecha, se duplica, “a huevo”, se trata de ilusionar al paciente y después ¡crash!, tumbarlo de su esperanza que se vuelve pasajera, traer el yeso un pequeño tiempo se vuelve eterno, pues no puedes hacer todas tus actividades como solías hacerlas, tienes que ingeniártelas para sobrevivir, desde lo sencillo, como: tomar un baso con agua, a lo complicado como, servirte el agua, vestirte, cortar papel y limpiarte tu trasero, bañarte y vestirte, en general todo se complica, pues es algo que no has hecho solo con 1 mano, sino con 2 manos, ahora entendemos un poco el trauma de perder un brazo, aunque alguien con yeso no se compara, “¡pues tiene la esperanza de unos días mas y la libro!”.

Uno se acostumbra al yeso, eso dicen, mentira, te das cuenta, que una comezón no es tan grave, si la dejas un rato y te distraes haciendo algo, cuando menos lo esperas, ya no hay comezón, si caes en la desesperación es lo peor del mundo, casi arrancas el yeso con tu s manos, sepa de donde putas sacas fuerza para romperlo, pero así crees poder hacerlo, jaja, sólo debemos de tener paciencia, y ver que en la vida no es sencillo para los demás perder un brazo o una pierna, y entender un poco a ellos para Ayudarles cuando lo necesiten.